viernes, 11 de julio de 2014

De nuevos los horrores veraniegos

Desde que tengo uso de razón hemos tenido un perro en casa. Siempre han sido un miembro más de la familia y han venido siempre con nosotros a la playa, los fines de semana al pueblo...  La perrita que más me ha marcado era Pitu, una Gos d'Atura listísima. Le encantaba ir los fines de semana a la playa en invierno. ¡Menudas carreras! También tenía alergia a las picaduras de pulga. Y en cuanto le veía alguna, que a veces era inevitable a estar en contacto con otros perros, tenía una paciencia infinita mientras se las quitaba. 

Recuerdo, de muy pequeña, ir con mi abuela a casa de mi bisabuelo, para hacerle comida para un par de días. Era viudo y vivía solo en la planta baja de una casa, ya sin más vecinos. Le gustaba mucho caminar y siempre iba con no menos de cinco o seis perros grandes, todos abandonados o que nunca habían tenido dueño. Mientras mi abuela le preparaba la cena, yo salía al hueco de la escalera para acariciar los perros. Teníamos la misma altura. Cuanto más grandes, más buenos. 

Decía mi bisabuelo Colás, que aquellos perros eran más nobles que muchas personas. Con toda la razón, es así. Los animales son buenos por naturaleza. Sólo buscan cariño y devuelven más. Los animales tienen sentimientos como nosotros. Incluso más profundos. Por eso no soporto a las personas que hacen daño o disfrutan viendo sufrir a un animal. Me parecen sicópatas.  El que hace daño a un animal, lo hará sin duda a una persona. 

Una corrida de toros es un espectáculo cruel. Me da igual que digan que han tenido muy buena vida hasta entonces. Tampoco yo me quejo de la mía, merezco entonces una muerte tan dolorosa? Con los sanfermines, he visto la foto de una niña muy pequeña dando una patada al cadáver o cuerpo agonizante de un toro. Me ha dolido el poco respeto al animal. Dicen que los toros es una tradición muy antigua. Como el espectáculo vergonzoso del Toro de la Vega. Pues que sigan con la tradición de la noche de pernada en ese mismo pueblo. Disfrutemos para todo siendo medievales, sobre todo en esos pueblos que todos los veranos matan vaquillas, les dan patadas, cuchilladas... Gente primitiva que no evoluciona y disfruta con la tortura de seres a los que no deja defenderse. Pues que los lleven a todos al circo romano y que los coman los leones. 

Los lobos matan ganado. Claro, y si yo tuviera hijos y nada que darles de comer, también me comería una oveja. Si los acomplejados cazadores no esquilmaran todo, el lobo tendría qué cazar.

Decía M. Gandhi: "Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales."

La nuestra es un asco. Y lo estamos pagando.